Hércules, el héroe más fuerte de la mitología griega, enfrentó doce pruebas épicas y aparentemente imposibles, destinadas a probar su valor y redimir su nombre. Primero, venció al feroz León de Nemea, con su piel impenetrable, y luego acabó con la Hidra de Lerna, una serpiente de múltiples cabezas que se regeneraban al ser cortadas.
Después, cazó a la veloz Cierva de Cerinia y atrapó al formidable Jabalí de Erimanto. Limpió en un solo día los inmundos establos de Augías desviando ríos, y luego ahuyentó a las aves devoradoras de hombres en Estínfalo.
Capturó al toro de Creta y domó a las yeguas carnívoras de Diomedes, para luego hacerse con el cinturón de Hipólita, reina de las amazonas. Viajó hasta los confines del mundo para conseguir los bueyes de Gerión y obtuvo las manzanas doradas del jardín de las Hespérides. Finalmente, descendió al inframundo y regresó con Cerbero, el perro guardián de tres cabezas del Hades.
Con cada prueba, Hércules mostró su inteligencia, astucia y fuerza, superando desafíos mortales que parecían inabordables para cualquier otro ser.











