En la Isla del Cangrejo, el puerto de Faro Claro nunca duerme. La taberna “La Gaviota Sedienta” bulle de vida: en la planta baja, unos marineros celebran su amistad entre jarras de ron, mientras un cocinero pirata prepara la comida y la tabernera reparte cerveza. En la planta superior, varios capitanes piratas estudian mapas y trazan rutas hacia nuevas aventuras.
Fuera de la taberna, el mercado ofrece todo tipo de productos: frutas, panes y pescado fresco, mientras un singular mercader vende todo lo que un buen pirata puede necesitar, espadas, sombreros y aves parlanchinas. En la playa, un pirata y su hijo construyen un castillo de arena, recordando que incluso la vida corsaria tiene momentos de calma.
En el puerto, el imponente “Trueno Azul” zarpa entre risas y despedidas, mientras los marineros que quedan cierran tratos. Desde el faro, custodiado por aguerridos piratas, un fantasma observa en silencio. De un mástil cuelga una jaula con un esqueleto que da la bienvenida a todo aquel que osa acercarse a La Isla Cangrejo.
Sin embargo, la mayor aventura sucede en un extremo de la isla, donde un grupo de piratas lucha contra un fiero cangrejo gigante que protege su cueva repleta de tesoros. Los esqueletos que yacen a su alrededor son prueba de que muchos lo intentaron antes… y no vivieron para contarlo.
Así, la Isla del Cangrejo revela un mundo de misterios, aventuras y leyendas, donde cada rincón guarda una historia por descubrir.











